
Intentando acariciar la piel que tanto falta,
acaricio la hipótesis, tan solo
el supuesto en el que me amabas.
Busco tu sonrisa de arruga de almohada
y me busco a mi mismo
perdido en mil arcadas.
Me voy viendo triste en el espejo mi cara,
prisionero en mis penas
acurrucado en las sábanas.
Y se van contigo, quien seas, se me escapan
las lágrimas en mis sueños,
y quiero que vuelen y no tienen alas.
Se me pudre este mundo, a ratos me atrapa,
del aire me duele
el oxígeno que respirabas.
Me confundo de nombre, ya casi olvidaba
ese olor nauseabundo
de la palabra nostalgia.
Se me mueren las ganas
y me lanzo al vacío
con los ojos cerrados mirando al mañana.
Me confundo de página
-la historia es muy fea.
Después de este punto imagino una raya.
Me espanta esta marca, la sugestión que no es nada
y de leída mil veces
ha pasado a ser fracta.
Angio
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