Bucea por KukupaPunda Productions

miércoles, 30 de mayo de 2012

Cap. 1X12 El desenlace.

Aquellos dos personajes no habían sino traído consigo un halo de desesperanza y tensión a toda la sala. El juez se mantenía en sus trece y su meta era ver a Faustino entre rejas. La prensa rosa, esa ave carroñera siempre presente en todos los más viscerales y nauseabundos festines no cesaba de enfermar aún más el ambiente con sus potentes flashes. Faustino se hallaba en todo momento a la derecha de su letrado, Schmitt, quien no había cambiando de semblante a lo largo de todas las vistas pasadas. Los fiscales más conservadores se aferran como clavo ardiendo al testimonio del párroco, defendiéndolo a toda costa, alegando además que tratábase de un ministro del Señor, un representante en Tierra que no pudiere ser vilipendiado, mucho menos desterrado de su pastoral senda de almas. Los abogados laboralistas y algún que otro representante de Sindicatos, allí presentes, junto con Maria Antonia Iglesias y Josep Lluís (aquí y en la Rep. Popular China) se oponían fervientemente a la libertad del clérigo. Si bien algún representante de la Fe había allí mostrado su rechazo a la actitud de Faustino y habíanle invitado a la vida seglar, los más duros a la vida penitenciaria...el obispo del lugar, presente en la Sala, explotó en el momento que alguien, probablemente el director de Público, allí presente también, blasfemó contra la Iglesia, generalizando el comportamiento de Faustino.

Remedios había pasado a un segundo plano, como suele ocurrir en éstos casos. Pese al exceso de maquillaje y vaselina por su parte había quedado relegada al papel de maniquí, sentada en su banquillo, pero sin voz ni voto. Aquello, desde la aparición en escena de los camorristas, o bien miembros de la ndrangheta, o que se yo, meros portavoces de lo ínfimo, habíase convertido en un mero debate de las dos Españas, o tres contando a Pocholo, quien se marcaba junto a "Maricha" unos disparos al ritmo de Techno Trance ibérico. Sí. Era una Noria, donde el Juez hacía las veces de Jordi (ambos mostraban un leve carisma) y donde por un lado las alimañas, y las pirañas por otro (sin ofender a Tito ni al propio Piraña) se devoraban ante los ojos de un Dios que lloraba por todos y se reía también de todos. Los kukupa lanzaban graves acusaciones, y ponían en tela de juicio la valía del Sistema judicial, utilizaban extrañas palabras ante las que la modesta población valdebarceña eran pura fonética y fonología. El moreno no dejaba de señalar con el dedo a Faustino. Éra el más radical. Incluso llegó a encarársele cuando éste se reía sobre alguno de sus postulados. El rubio, de vez en cuando, llegaba a acercamientos con el sector clerical, con los que incluso se llegaba a posicionar, pero repentinos ataques de crisis existencial e ideológicos le llevaron a refugiarse en la caravana-móvil de Pocholo, alegando que tenía que ir al baño. Por el baño había desfilado todo el sector Polito-periodístico cada uno con distintas excusas. No se. El caso es que el Tribunal Supremo ese día parecía una Rave. Algunos curiosos de la época, como Cela, el ya citado con anterioridad Luca de Tena o el propio Quentin Tarantino se quisieron acercar por el Tribunal, quizá con la búsqueda de nutrición creativa para sus siguientes trabajos. La palabra de Faustino sin duda influyó notoriamente en las columnas diarias del ABC o en La Familia de Pascual Duarte (de Cela), como muchas veces se ha citado.

Una de las imágenes del proceso a Faustino. Podemos apreciarlo en el margen superior derecho.


El programa de Ana Rosa empezaba su rigurosísimo directo cuando el Juez, acompañado de sus secuaces, Pedro Ruiz y Andreu Buenafuente, procedió al dictamen de la resolución. Después de unas agotadoras jornadas de juicios, continuos enfrentamientos con el Jurado y las fuerzas de seguridad, desgaste físico y moral, sin contar los aburridos conciertos de piano de Pablo Sebastian durante los descansos ni la pésima calidad de la cafetería, se abría el sobre que guardaba el nombre del ganador de un maravilloso crucero por todos los presidios de la Pen. Ibérica. Los kukupa hacía tiempo ya que habían desaparecido, bueno, a decir verdad el moreno, porque al otro se le escuchaba de vez en cuando cantar junto a Urdanga, Froy y Pocholo. Para dar mayor emoción al asunto, y acordado con varias cadenas de televisión, se decidió hacer pausas publicitarias y que el proceso final fuera rigurosamente musicado. El encargado fue Ennio Morricone. Un joven Karra Elejalde apuntaba ideas para su "Año Mariano". Angio, el moreno de los Kukupa irrumpió violentamente en la sala. Todo quedó en silencio. Paróse hasta la música. Todas las caras habían quedado desprovistas de luz, todas las sonrisas se habían tornado temblor, toda posibilidad de paz se había esfumado.
-¡Èsta es la moda en Francia! Allí en vez de dar una palmadita en la cabeza al violador, al asesino, se la cortan. Aunque yo a éste le cortaba otra cosa... -decía con su peculiar ironía aquel zagal que habíase presentado en la Sala con una guillotina que a duras penas cabía por la puerta.
-Parece muy chic... -soltó entre dientes un Faustino al que poco le importaba nada. Aquellos duros días de proceso había conseguido dar el cambiazo de botellín de 40cl de Font Vella por orujo blanco Ruavieja.
El Juez y todos sus vasallos, Mermelada y todos sus vasallos, el Obispo y todos sus vasallos: Enmudecieron.
Carl Schmitt dio un beso a Faustino en la mejilla y después arrojó trece monedas de un euro a los pies del kukupa, saliendo a toda velocidad, entre sollozos, del Tribunal. En ese momento un convoy de Mossos d' Esquadra, Ertzaintza y demás asociaciones de amigos de la porra se dirigieron a prender con palos y con porras a Faustino. Comenzaba así su Via Crucis. El juez Garzón se lavaba las manos y lo encomendó al Herodes del lugar, Mermelada. En sus manos quedaba la decisión. Después de mucho vacilar, Faustino, con una corona hecha con alambre y con hojas de lata afiladas fue juzgado por un cruel Mermelada, que no paraba de comer dulces y ser abanicado por sus vasallos (no vasallas).
El camino al Alto de Valdebárcena, donde había sido colocada la guillotina fue duro y lleno de caídas. Remedios lloraba y se arrepentía, sentía que todo aquello era por su culpa y ahora lo negaba todo con énfasis. Incluso mostró una sábana impoluta con la sangre del rostro de Faustino, que éra conducido a latigazos al lugar.
                                         El último jalón del camino.


Las mujeres del pueblo lloraban y recordaban aquél tiempo de homilías llenas de vitalidad y risas. Algunos pretenden rescatarlo, en vano. Los kukupa, unidos de nuevo, charlan por Whats App con Kaifás y el resto del Sanedrín, para que lo hicieran público en Twitter con el trending topic: #JusticiainHispañistan.
Los centuriones beneméritos y los legionarios lo escoltaban sin embargo con cuidado, como si no se tratase en realidad de un Reo. El camino fue, cuanto menos, bizarro. Ya se oían las voces de la gente, unas de triunfo, otras de horror, cuando fue puesto frente a aquel coloso de acero. Faustino miró al cielo, como pidiendo clemencia a Dios. Le dan un momento para el rezo. Vuelva a conducir su mirada al firmamento.
Algunos lo observan con desidia y resignación. Otros sienten que por primera vez en la vida se ajusticiará a un intocable. Su mirada anida entre pájaros, ojos en blanco, como los de aquella Santa Teresa por la que tanto simiente derramó. La gente comienza a imitarlo y a mirar hacia al cielo, como buscando la solución. Y, en efecto, la solución allí estaba. De repente, como obra divina, cayó del cielo una escalerilla. Nadie daba crédito. Faustino mostró una sonrisa de ganador. Entre las nubes emergía un helicóptero azul, ornamentado con pájaros que echaban el vuelo, para "Una España mejor" -podía leerse. 
Dando un codazo a los Kukpa, quienes lo asían con fuerza por el brazo, se aferró con fuerza al primer peldaño de la escalera y comenzó a trepar hacia el todavía nuboso helicóptero. Sofocado y con el temor en sus ojos frotóselos incesantemente pues aquello parecía un sueño.
-¡Mariano! ¡Espe! No...no se qué decir.
-Sholo danosh lash graciash, y recuerda que shiempre eshtamosh ahí -dijo su, al parecer, viejo amigo de Universidad, mientras brindaban los tres con buen Moët ante el estupor del pueblo, que abajo, había quedado boquiabierto. Y los kukupa, indignados. El helicóptero se perdía en la lejanía.

Al día siguiente, los periódicos mostraban otra noticia que daba un vuelco total a aquella especie de cómic mortadelesco que se había vivido el día anterior.

"Aterrizaje forzoso en Islas Feroe. Rajoy y Aguirre acosados por el hambre ejercen el canibalismo contra el propio piloto y un párroco allí presente"

"Faustino nos supo rico en grasa y Omega 3, nos recordaba como al "Fuagrás", quizá por lo cirroso de su hígado. El piloto un enclenque JAJAJAJAJA" publicaba Espeonza al día siguiente en una afamada Red Social.                                                               FIN

FDO: SERDRËS
Moraleja:
"Que sirva ésta disparatada leyenda como una reflexión: ¿A quién se castiga y por qué se le castiga? ¿Por qué el Gobierno rescata a unos si y otros no? ¿Hasta dónde llega la ambición y el poder humano?"


1 comentario:

  1. requiesque in pacem, Faustino.
    Y no olviden vitaminarse y mineralizarse, que la vida es corta.

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