Bucea por KukupaPunda Productions

lunes, 4 de junio de 2012

PO-EMO


Me agobia la decadencia que musitan las nubes de invierno
y el tedioso tintineo de las gotas cayendo en mi opaca ventana.
El olor a humedad y a cerrado que vomita mi cuarto.
El pretérito símbolo de la coetánea soledad
que sostienen las letras que construyen tu nombre.
La desconsoladora certeza del fregadero ahíto de restos
de platos que no hemos querido comer.

Me da pánico el tic tac cansino que promulga el salón del vecino. El sonido del postfordismo.
Me incita a lanzarme de cabeza y dar de bruces con la calzada.
Yo no sé qué prisas tienen los coches que me atropellan
cuando intento de nuevo saltar hacia arriba y no puedo,
cuando intento esquivarles y se hacen inciertos, cambiantes,
y se vuelven fantasmas, polifemos gigantes sedientos de sangre.

Me aterra el viaje hasta el baño huérfano de tu cepillo de dientes.
Es cómico comprobar lo que significa encontrar una compresa en el váter. Sentir ese asquillo.
Lavarse la cara mirando solo lo que el espejo es capaz de decirte
sin que puedas decirle otra cara y no siempre la tuya... digo la mía, sin la de nadie.
Mirar a la cama y que solo sea cama: Resultado de sábana, edredón y almohada.

Es irónico ver como se dicen ahora los pájaros aquello que no nos decimos.
Lo que antes era simple contingencia ahora es curiosa necesidad.
Cada escaparate es un anagrama posible con alfabeto sabor pluma,
sabor vuelo, sin ingredientes del mar.

Con ustedes mis enemigos Depresión y Ansiedad. Desvaríos autolíticos
de tanto beber ansiolíticos cócteles de bupropión y prozac;
pues sé donde se esconde ese botiquín que no existe.

He venido a este punto para volver otra vez al principio.
El camino es curvado y termina donde yo quiera empezar.

Hay un tren que me atropella (el tiempo) y yo tan quieto. Absorto, mientras cambia todo.




fdo: ANGIO

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