Bucea por KukupaPunda Productions

viernes, 2 de marzo de 2012

MAÑANEVERMORE

Que me esperen, que me enreden, en San Justo,
en el Kindin, Esperpento o el Banana´s.
Que me busquen a las diez de la mañana
de palique paliqueo de buen gusto.

Que en la puerta del Pepper´s me dé un susto
viendo el sol que se refleja en las ventanas.
Que no se vaya nunca el Pozo, su manzana;
que me dejen, que me entierren en San Justo.

Que de mala leche nunca iré al Kandavia,
que el alma del contraste no se nos muera,
ni se muera nunca, nunca, man que pierda,

la Kantina, esa Cuba, el Dune y su rabia.
Que no volquemos todo lo que pudiera
ser de todos -más de todo y menos mierda.

5 comentarios:

  1. San Justo: La leyenda
    Me tomo la licenica, yo, Serdrës, de continuar con este canto al optimismo y al etanol:

    Y que no dejen de volar las sillas por los aires
    y que manadas de punkis recen sobre sus altares
    el sacerdote Pozo oficiando bacanales
    en la catedral del vicio, del pecado
    y vivir ilusionados bebiendo como animales

    Que me entierren en San Justo e Iñaki firme mi tumba
    que la mayor sinfonía sea la de la callejera flauta
    que los perros ladren versos y bebed como posesos
    porque allá en el Paniagua nunca os faltará una caña
    y ya al amanecer en Balinor me veréis emerger.

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  2. Y siguiendo con este alarde de SanJustismo, yo añado:

    ...y que digamos adiós en italiano en ese antro rockanrolizante,
    y que vengan a llamarme haciendo cola en el lavabo.
    Que me dejen, que me duerman, en la calle del Contraste,
    y siempre cante, Johnny Cuervo, cante jondo siempre en alto.

    Y que no me digan en la esquina que no hay _____, que no hay ______,
    y que no me digan hoy tan pronto que es all in, que es all in.
    Mañana volveré a beber cerveza con sabor a orín de pato,
    la que vende ese jipi, el de al lado del veinticuatro.

    Que no se le acaben nunca los huevos a las gallinas
    y que los gallos vayan siempre con cresta.
    Que no me digan que no hay gente subiendo por Varillas.

    Que jamás los estudiantes se conviertan en Tartufos
    y le deban a la calle más horas de las que presta.
    Que me dejen, que me quedo, en la Plaza de San Justo.

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