Compró un brick de vino blanco. Yo compré un par de hamburguesas. Esa noche cenamos y bebimos, pobre pero a la carta. Una vez más me quedaba atónito ante las valientes actuaciones de nuestras "fuerzas de seguridad", aniquilando el peligroso arte callejero, confiscando las armas de destrucción masiva (rotuladores) de los más furibundos talibanes (artistas). Los valientes le habían interceptado también un cartón de vino, (musa). Feliz con una triste burger de un euro, como un niño con zapatos nuevos con el disco de su entrevista (gloria) en el fondo de la bolsa. Su tesoro: periódicos recogidos para una feliz culturización (su vida). Su cstigo: No pensar como dice el jodido mundo que hay que pensar y obrar. Más Iñakis, menos catedráticos babosos nacidos de becarios infectos. Más arte y rabia en los barrios. Más esculturas de odio y furia porque aquí hay mucho que cambiar, y ellos lo han elegido así, a hostias. Así que GORA IÑAKI y GORA el ARTE. Esa noche cenamos y bebimos, pobre pero a la carta.
Por el puto Serdrës
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