El jubilado de gran ciudad es maleducado en la gran parte de los casos, dependiendo, claro está, del distrito en el que nos halemos. (Ej: No obtendremos la misma cortesía en la respuesta de un anciano del Barrio de Salamanca (o ciudad, no importa) a la pregunta "¿Qué hora es?" que si formulamos la misma demanda en Malasaña o el barrio de Campamento (Madrid), por dar ejemplos concisos).
La vieja de abrigo de visón (o polilpiel en la versión 1.0) no puede ser "por norma" simpática. Suelen tratarse de mujeres altivas, cargadas de despotismo (no ilustrado) y suelen ir acompañadas de un marido callado (quien calla otorga y más cuando no es el varón quien lleva los pantalones en casa) y gafas de sol. Imprescindible el bolso (si es también de piel ganará en solera y tronío).
Existe otro modelo de anciano, el "verde". Dícese de aquél que suele gustar del deleite visual en contacto con las posaderas femeninas, o delantera si es decente. Suelen fijarse en las jóvenes y maduras de cerca de la mitad de siglo (punto álgido de la mujer). El jubilado "solterón" (que bien podría englobarse dentro del apartado anterior, aunque el "verde" no tiene porque ser necesariamente soltero) suele ser bebedor, por ley, por abandono personal, por instinto masculino y garra animal. La jubilada soltera suele ser más de juntarse en "concejo" con el resto de solteras del área para criticar a diestro y siniestro al conjunto de la población.
Los viudos no gustan de beber en exceso pues, al haber conocido la llama del amor, muchos, aventureros quieren retomarla, y eso se encuentra en los viajes del imserso así como en los bailes organizados. En éstos bailes se suelen escuchar grandes éxitos del melodrama español como Perales, El consorcio o Maria Jesús y su acordeón. El jubilado campechano suele recurrir a los grandes éxitos del flamenco o la canción tradicional del área, es decir, lo jondo, lo puro. Suelen ser personas más ilustradas en lo tocante a climatología, metafísica y geología, con lo que nos encontramos con el típico tópico de "Sabe más el diablo por viejo que por Diablo". De los viejos verdes y solterones lo que más podríamos destacar es la retorcida y barroca arte del piropo cutre y la eterna fiesta de Baco en el Bar "Manolo".
Por otro lado tenemos al más reservado y polémico de ésta categoría. El anciano "Bisolvón", ese hombre de tos extravagante con regalo en forma de flema al final, mojando cualquier parte de nuestras calles, del mobiliario urbano o lo que se ponga por delante, en definitiva. Auténticos festivales de tos tanto secas como mucosas, terminando en japo o sequedad traqueal.
En otros países no se si serán así. En Hispania desde luego. De los ancianos europeos que llegan, sobre todo a las costas españolas en el período estival, (véanse gabachos, guiris, etc) sólo sabemos su gusto por la sangría, el souvenir fácil y la sangría otra vez. Es, en resumen, una etapa para disfrutar, y, queridos pupilos y hermanos de ésta puerta abierta a la interrogación, ¿Cómo vas a diseñarla tú?
PD: Parte innata de la Tercera Edad será la ardua labor de criticar al joven, mirarlo como si fuera un delincuente en gran parte de los casos (véanse viejas de modo "abrigo de visón" y "ancianos urbanitas") y ante todo semblante amargo y extraserio.
Serdrës dixit.
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