A mi, que soy un poco que ni cristiano ni ná, más bien tirando a agnóstico, como se suele decir, pues lo del rimbombeo con la sacrosanta y secreta selección del nuevo Sumo Pontífice, lo de la parafernalia esta de la votación en formato BIG BROTHER y tal... pues qué les voy a decir, no me cautiva. No le encuentro el gustillo y me duerme unas siestas que no lo hace un partido de tenis entre Nalbaldian y Tomi Robredo del máster 300 de Santibáñez el Bajo (provincia de Cáceres).
Yo pongo la tele y solo oigo que si el cardenal nosequiénini o el arzobispo nosecuantini se postulan como candidatos a llevar los santos atributos, palio, báculo, mitra y el anillo pastoral propio de las arduas y castrenses tareas pontificias; o que si se ha descubierto que el patriarca primero de la iglesia de Génoa presuntamente tenia turbias y más que posibles relaciones delictivas con el arzobispado de Cagliari... En fin, todo más propio de película de antena 3 de después de comer.
Yo no sé si a ustedes les pasa, pero yo no consigo meterme en la historia. Y no porque no tenga chicha la cosa, vive dios! es más bien porque a mi humilde modo de ver los actores son muy rancios, enquistados, añiles, los decorados huelen a anticuario sin renovar, a cerrado de cuarto sin ventilar durante siglos, y los diálogos son muy tontos, muy de perpetuarse inalterables como lastres legitimados por las hordas de cristianos genuinos recién venidos desde Trento a lomos del Papamóvil-DeLorean.
En mi opinión el guión es de reaccionaria insistencia en el porculamiento por acción u omisión a los que no son cristianos, y el argumento está vestusto, caduco y desfasado, "picao" como el vino mal conservado. También pienso que vuestras escenas son la simple y cruda representación del ego y poder católico, apostólico y romano, y que con esos vestidos que se ponen reconozco que mi reacción se ha visto oscilante entre la risa floja y el miedo.
El manido y mediático paripé del cónclave ese que os vais a dar entre epístolas de caviar y parábolas del catering que a vuesa-santidades les plazca, a costa de ingenuos y pobres que quizá sí comulgan con el mensaje de vuestro dios, ese que tan olvidado tenéis con los asuntos más terrenales... Este chavacano intento de "TÚ Sí QUE VALES", sin un maldito Risto siquiera, no logra tapar ese olor a agua estancada y a séptimo mandamiento incumplido, que emana cada vez con más tufo y fuerza de las cloacas de la sublime capilla Sixtina del no menos genial y estrambótico Miguel Ángel.
Ya puestos (nunca mejor dicho) si van a hacer unas hóspedas en condiciones, en plan jarto, podíais llamar a U2 o a Madonna para el evento. En plena Piazza di San Pietro un pedazo escenario redondo como el ruedo de La Monumental de Barcelona, para hacer las delicias de un público espectante ante la proximidad de conocer a su nuevo y senil tótem mesiánico.
Voto a tal que por lo menos, sería un soplo de aire distinto a esas férreas columnas ancladas por siglos y siglos de represiva idiosincrasia eclesiástica.
Por mi como si regenta la Santa Sede esa de vuestro incomprensible país el alcalde de la Iruela o de Burunchel, o si el cortijo se le arrienda a McDonnalds porque se os jode el chiringo. Me gustaría poder visitar más a menudo esas magníficas instalaciones. Todavía no lo he hecho, malarruina la mía. Poder pasearme por la Basílica de San Pedro sin tener que soportar interminables colas o miradas de recelo por mi condición de no-católico, como seguramente pase (ironía on...). Me gustaría poder disfrutarla más y que la pudiésemos disfrutar más todos. Llámenme loco o comunista...
Respeto y me la traen al pairo la cantidad o no, de faltas cometidas por los siervos de dios dentro de su propia casa. Pero que no me venga a hablar de moralidades con la boca limpia alguien que lleva sin limpiarse el culo desde aquella vez en que Pentecostés convirtió a la especie humana en velitas con piernas.
En la Santa Sede huele a coca que flipas. Y a hímen recién estrenado, y a comida debajo de la mesita. El olor a hijoputismo máximo y descarado se palpa desde el extinto oráculo etrusco, hasta la enlutada Venezuela del comandante (cristiano también) Hugo Chávez, uno de los que seguro sí que tendrá su hueco en el exclusivo y elitista té de las 5 con Dios.
No tendrá la misma suerte la miríada de parásitos chupones y demás impostores catecúmenos, diáconos, miembros todos de la misma loba hipócrita y dogmatizante, formada por eparquías, diócesis, catórcesis o cofradías o cofra-lidl, pues bien sabéis que vuestra vida es toda un pecado y que 7 días con sus 7 noches que os pusiérais de rodillas en un confesionario para el perdón de los pecados, no será sino un colchón de humo a vuestro juez supremo y último, esto es:
vuestra conciencia.
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