Somos débiles

Somos débiles

Indudablemente. Escribo con una sola idea, náufraga en mi mente. Vuelve. Mañana a estas horas estarás regresando. Lo se, no falta nada. En pocas horas nos veremos y podremos recuperar a pasos agigantados este corto período de tiempo perdido. Corto en realidad, pero de los más eternos y díficiles que he pasado en mi vida. Nunca había ansiado tanto que llegase un día o jamás había llegado a este borde de desesperación. Y es en momentos como éste en el que pienso que no te voy a soltar nunca, y si alguien se suelta tendrás que ser tú, y yo no me voy a quedar de brazos cruzados. ¿Cómo se puede querer tanto a alguien? No hay respuesta en ningún lado de este enorme planeta poblado por parejas, unas grandes, otras pequeñas...y otras tan enormes e inefables, como tú y yo, que a veces pienso que hemos nacido predestinados. No lo se, yo que sé. Sólo se que te amo, solo se que quiero que vuelvas, sólo se que los Domingos ya son duros por sí mismos, y hoy que tu estás lejos de mí...Hoy he amanecido pensando que estabas a mi lado y me acostaré pensando que estás a mi lado. Intento dormir al máximo, para así sólo soñar contigo, y en los sueños no hay kilómetros, no hay trampa ni cartón. En los sueños tú eres la única protagonista, tú dominas, la princesa de mi onírico mundo, majestad de mi vida, labradora de mi corazón, que si tú dejas de cultivarlo, nadie conoce ésta tierra mejor que tú.
Y...tampoco hay habitante en la Tierra que conozca cada rincón de tu corazón tal y como yo le conozco. Yo, y sólo yo, tengo la energía y el poder de amarte hasta el fin.
Pues...joder...¡Viva nosotros!