Bucea por KukupaPunda Productions

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Mi vida en el Imserso












Hoy nos han puesto un plato de sopa que, de nuevo, he tenido que verter sutilmente por el fregadero. Aquí en Benidorm no hay más que calor y patéticos turistas embutidos en estrambóticas bermudas. Joder, quién me mandaría a mí meterme en éste club de zorronas sexagenarias y amagos de proxenetas canos. Bueno, sí, mis hijos. Después de una jodida vida levantándome día tras día para abrir el taller, para una puta pensión ridícula y para que un día un "señorito tiolisto" vestido de inmaculado blanco te convierta la vida en algo un poco más angosto y tenebroso obligándote, sí, literal, a olvidarte del amistoso pitillo de después, del entrefino coreando al Madrid los Domingos por la tarde, de la tímida loncha de chorizo entre horas cuando la más perversa gusa te acecha, del chatito de vino de antes de dormir...en fin, una serie de fascistas restricciones que completan un círculo de suma indolencia que, como vía de escape me condujo a este antro llamado "Imserso", donde sólo bailan pasodobles con una ridiculez pasmante, donde no folla nadie pero estos vejestorios se creen incipientes lolitas, y donde el mayor acto de rebeldía es cambiar la dentadura de vaso. De banda sonora: Pajaritos por aquí, pajaritos por allá. Pero no me engañan más. Se ha terminado éste periodo ominoso de sopas de avecrem frías, de bailes con farolillos y limonada. Se abre la veda de las buenas paellas de bogavante, de los asaltos a todos los alambiques de éste país, de los tiernos amaneceres en los puticlubs de carretera...y sobre todo, lo más importante de todo, pegarme de hostias con los culés los días de clásico. Ya vamos siendo mayorcitos.

Serdrës

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