Es indiscutible que la vida son sensaciones que al alimón van poblando nuestros días, alternando lo banal con lo semi excitante. No voy a ser tan drástico como el amigo Cordera, sí, Gustavo Cordera, muy calvo y argentino por cierto: "El futuro que me espera, sensaciones de mierda". No es para tanto. Hay una línea imaginaria entre el pesimismo y el optimismo, y esa es la realidad, en el centro, sin tocar las extremas radicales.
¿Y por qué no existe pesimismo u optimismo como tal? Pues porque existe siempre una piedra angular, yo que se, existe siempre un motivo, una razón por la que levantarse por las mañanas y por la que desesperarte y luchar a la vez. Con la que experimentas la mejor de las alegrías y que te arranca cada día una sonrisa y paralelamente te hace sentir un hondo miedo y una duda que te deja impotente entre la acción y el pensamiento. Hay siempre sin duda una estación de metro en la que siempre paramos puesto que en torno a ella gira nuestra vida, se asientan nuestros recuerdos, nuestras alegrías y nuestras angustias. Esa estación, es la que nunca quieres dejar de pisar, cada mañana, y aunque muchas veces te desafíe a un duelo, tu eres su transeúnte y ella tu estación y ese lazo de unión es insuperable.
Joder, tanta retórica, tanta palabra y neologismo, tanto eufemismo, comas, puntos y tildes para decir que Tú, y sólo tú, mi niña, (si es que existes y algun dia existes) eres mi razón de vivir, y aunque tengamos esos días en que parece que no quiere salir el sol...tu eres el sol, pues sin ti muero de frío.
Y bueno...la literatura vuelve a la calle más políticamente incorrecta para que sus vecinos escupan más balazos de tinta. Su palabra está en mi mano. Yo escribo, pues soy libre, y tengo una fuente de inspiración.
FDO: SERDRËS
ResponderEliminar