Un soneto al nuevo Sumo Pontífice Francisco
Ahora el nuevo Papa nos oiga un rato
nuestros hígados que están pasando hambre.
Cierre usted el Santo Evangelio, Pater,
que no necesitamos otro salmo.
No bendiga urbi et orbi, baje las manos,
conténtese rezándose otro "salve"
mientras hacemos cola en vuestro cónclave
para comernos lo que hayáis dejado.
Sean ustedes terrenales cristianos.
y el nuevo Papa escuche nuestras súplicas:
pues somos el hambre en vuestro pecado,
ejércitos de muertos desde África,
Irlanda o Guatemala, sabedores
que el Papa es de 5 tenedores.
Angio, 13.Marzo.2013
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